El entrenamiento I.A.I proviene de las siglas Intervalos de Alta Intensidad, ya que consiste en combinar cortos intervalos de ejercicios a máxima intensidad con periodos breves de descanso o de ejercicios a baja intensidad.
Esta modalidad ha atraído especialmente a personas que disponen de poco tiempo para hacer deporte y que, sin embargo, buscan resultados como la pérdida de peso. De hecho, este es uno de los beneficios más perseguidos por quienes practican estos entrenamientos, y es que durante la actividad a alta intensidad aumenta la oxidación de grasas. Algunos estudios apuntan que después del ejercicio, este gasto energético se mantiene.
Otra de las mejoras que se producen haciendo este entrenamiento reside en las adaptaciones del músculo esquelético, de tal manera que aumenta el tamaño de las mitocondrias y el metabolismo utiliza las grasas como combustible durante el ejercicio. Algunas investigaciones concluyen que con el entrenamiento a alta intensidad se quema más grasa subcutánea y mejora el VO2 máximo, así como la sensibilidad a la insulina.
Una sesión debe constar de un buen calentamiento, ya que vas a ejercitar tus músculos de manera muy rápida y empezar en frío podría dar como resultado una lesión. Has de dedicarle unos minutos a los calentamientos tanto estáticos (moviendo en círculos las articulaciones), como dinámicos (dando saltos o haciendo pequeños sprints) además de subir tu ritmo cardíaco para así poder empezar con el ejercicio a alta intensidad.
La frecuencia con la que trabajas en tu rutina depende de los objetivos de condición física, además de que es importante consultar con un experto que pueda orientarte a saber más sobre el tipo de entrenamiento que va contigo.
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